26 de marzo de 2010

Teether y la planta triste

Teether, el gnomo amigo de U, tropezó con una enorme caracola y cayó de bruces sobre la arena, y el tiesto que iba cargando a todos lados rodó amenazando desprender sus flores sobre la arena de la playa. Aquellos días las hojas de la planta crecían en un tono oscurecido, estaban resecas, aunque sus tallos aun eran verdes y firmes. Las flores, además, las dos que había, que una vez fueron blancas y hermosas, ahora estaban marrones, mustias. Sus pétalos, que una vez fueron bellos y relucientes, hoy cubrían el tremendo pistilo amarillo sin fuerza, a punto de caer muertos. A pesar de ello, aun estaban perfumadas, y si te acercabas, llegabas a oler aquel aroma tan delicioso que solo esas dos flores tenían en el mundo…

Teether quedó ahí tirado unos instantes, agradeciendo que la planta no saliera de su tiesto improvisado, por miedo a que muriera, o a que ella misma decidiera plantarse allí, en aquella playa donde no tendría alimento alguno, salvo el salado traído por el mar… Pero entonces echó a correr y la recogió, y la abrazó con cuidado de no romper ni una sola de sus hojas, o de que cayeran sus pétalos mustios. Y se acordó de U, sintió ese vínculo que la planta tenía con la sirada, y supo que ella estaba triste, en alguna parte.

Recordó cuando U le contó que aquella planta, la única en su especie, había nacido de una pequeña semilla caída de su árbol consciente, en su oasis de sueño, junto a su estanque precioso. Según le dijo el árbol consciente a la sirada, la planta que naciera de aquella semilla sería especial, diferente a las demás. U y ella siempre estarían unidas. Si U estaba alegre, la planta crecería hermosa, brillante y llena de vigor. Pero si ella estaba triste, la planta iría perdiendo su fuerza y su belleza, poco a poco iría escapándosele la vida… El árbol consciente, además, advirtió a U de algo muy importante, si una de las dos moría, la otra también lo haría. Pero le dijo que no se preocupara, que mientras ella viviera feliz, y sonriera todo el tiempo con esos labios tan bonitos, la planta que naciera de aquella semilla sería hermosa y estaría llena de vida. No necesitaba alimento alguno, además de la alegría de U…

Pero en ese momento, en que Teether buscaba a U, a su sirada amada, a su amiga inseparable, la planta lloraba y se marchitaba. Poco a poco se estaba muriendo. Y eso sólo podía significa una cosa. Allá donde estuviera U, estaba triste, y lloraba. Y así pronto la planta moriría, y entonces lo haría también la sirada. Y de la misma manera, moriría el mismo pobre Teether, quien amaba a U sobre cualquier cosa en aquel recóndito mundo imaginado…

23 de marzo de 2010

Cover, la otra versión de cada mundo personal

Vivimos en mundo que terminará siendo horrible. Yo lo sé porque me lo contó un… Es un secreto, pero os lo contaré. Guardádmelo, va? Me lo contó un conocido, un científico tan loco que inventó la máquina del tiempo, con una fórmula que guarda bajo llave y ni a mí me la enseñó. Me dijo que la alegría terminaría, que todos viviríamos tristes y que la amistad dejaría de existir. Pero no era todo malo en ese futuro asegurado. Me contó que en ese tiempo, aun lejano, que ninguno de los que hoy pisan la tierra vivirá, aun queda la esperanza, pues cada uno sabrá hallar la armonía entre el caos. La armonía personal, individual, es algo aun hoy es difícil de entrever, pero la encontraremos. Cada uno se creará una versión de su propio mundo. En ella, cada persona podrá ser feliz, imaginando entre la tristeza la alegría. Los caminos serán soleados, y las playas calmadas, los vientos soplarán cuando uno lo decida, los árboles crecerán, a diferencia de en el mundo real, y podremos ser felices por separado. Si uno quiere una casa en un árbol, allí permanecerá sonriendo, si uno se crea su propio retiro, en una casita alejada de todo, viviendo de lo que pesca, será feliz y dormirá con el estómago lleno, para siempre. La versión que cada uno cree de su propia realidad será suficiente para alimentarse, y para enriquecerse.

Todo cuanto nos rodeará será oscuro, los días ya no nacerán por el horizonte, pero nosotros sabremos crear soles en nuestra imaginación. Cada uno de nosotros verá su propio sol, unos serán amarillos, blancos e incandescentes, y otros rojos como atardeceres infinitos, otros púrpuras, o azules, verdes o del color en que cada uno conciba la paz.

Pero como la humanidad siempre albergó la avaricia, y la envidia, y el deseo de catástrofe, no faltarán en ese futuro aun lejano los avaros y codiciosos. Piratas de mundos paralelos, invasores en las versiones de los demás, en las armonías personales. Habrá quien, por entretenerse o por satisfacer su ansia de maldad, se cuele en los mundos individuales, se apodere de los sueños de los otros, y nos robe nuestros momentos. Cómo lo harán, no lo sé, pero serán capaces de entrar en nuestros lugares privados, de abordar nuestros secretos. Así podrán apropiarse de las historias paralelas que cada uno invente. Será gente sin imaginación, desolados en ese mundo horrible que aún está por acontecer, y que incapaces de crear su realidad paralela, se alimente de la de los demás.

Mientras unos duerman y sueñen despiertos con sus propias maravillas, ellos las abordarán desde sus navíos pirata, derramando pesadillas y robando fragmentos de imaginación. Sólo así serán capaces de formar sus propias realidades, y así resguardarse de ese mundo horrible que vendrá.

Por ello os cuento todo esto, para preveniros, para que leguéis a vuestros hijos e hijas este conocimiento, para que sepan crear, imaginar y soñar, y sobre todo defenderse de aquellos que traten de robarles sus realidades paralelas, las versiones de cada mundo personal…


14 de marzo de 2010

El Rey Goromer, de Grrim

La puerta del palacio se abrió de golpe, chocando contra la pared, y dejando entrar una bocanada de aire frío y nieve que sacudió a todos los presentes. El fuego en el interior, situado al centro de la estancia, se tambaleó furioso, como si la ventisca que traía el recién llegado hubiera disturbado su calma… El guerrero entró y caminó firme. Iba ataviado con gruesas pieles, un yelmo con cuernos de dragón, y dos pesados martillos a la espalda. Sus botas habían recorrido un largo camino para traerle grandes nuevas al Rey, Goromer, de Grrim. Llegó ante el trono, donde el Rey, ebrio ya a esas horas de la noche, fornicaba con dos mujeres. Éste las empujó de encima suyo, quedó sentado en su trono de roca maciza, completamente desnudo, salvo por su corona de plata, que no se la quitaba ni para dormir. Tomó un sorbo de aguardiente y esperó a que el emisario hiciera una reverencia digna de sí. Sin ella no tendría derecho a hablar ante el Rey de Grrim. El recién llegado, a sabiendas del protocolo, se postró, arrodillando una pierna, se quitó el yelmo, y bajó la cabeza hasta que le dieran palabra.

- Hola, Rogho, llevábamos tiempo esperándote. Habla cuanto antes, y no escatimes en detalles.- La voz del Rey resonó en el gran salón, pues todos los presentes, la música y la fiesta, se habían detenido.

El emisario, sin levantar la cabeza, le habló, mirando a los pies descalzos de aquel hombre al que admiraba, y al que debía su vida y la de sus descendientes.- Mi Rey, es cierto. La Corona Radiante descansa en un trono vacío, esperando a ser ceñida por un alto señor…

- ¡Sí!- Gritó el Rey.- ¡Que suene la música, que continúen los bailes, y que las rameras sigan complaciéndonos! La celebración hasta ahora era por una esperanza. ¡Esta noche brindaremos por nuestra próxima conquista!- Esto último lo dijo de pie, elevando el cuerno que usaba por copa, y los vítores se elevaron en el salón, el gentío volvió a colmarlo todo, el fuego hasta estalló eufórico, y la música lo acompañó, en un redoble de tambores y una mezcla de cánticos y melodías de instrumentos de cuerda.- Mi buen Rogho, descansa esta noche, embriágate con la bebida de tu propia tierra, sáciate con alguna mujer, ¡y más le vale que te de cuánto mereces por tamaño recorrido y tales nuevas! Pues mañana ordenaré talar los bosques, acabaremos con todo árbol que aun se yergue en estas tierras, y pronto las naves estarán listas. En ellas nos haremos a la mar, y juntos regresaremos a la tierra que llaman Himn, donde los hombres esperan un Rey para ser gobernados…

6 de marzo de 2010

La Dama Negra

Llevo unos días queriendo escribir un monográfico de la Dama Negra, uno de mis personajes preferidos. He pensado que puede ser un buen apartado para el blog, de vez en cuando hablaros sobre un personaje en concreto. En realidad ya lo hice en otras ocasiones, aunque no lo pensé como un nuevo apartado. Otros personajes de los que ya escribí monográficos aquí fueron Firin, de Firindain; Kalhia, de Quivarén; Murtagh, el Señor Caracol; Sebah, el Duende de Epoxi; o Ulara, la Llorona...


Pero hoy os hablaré de la Dama Negra, un personaje enigmático que dedicó sus vida a una empresa que jamás lograría cumplir.
Nunca he llegado a saber su nombre, pues seguramente fue conocida por diferentes en momentos y lugares diferentes... Pero en todo caso, siempre sería conocida por el sobrenombre de la Dama Negra.


Ella es una elfa, de la Alta Estirpe de Gelidén, los amantes de las estrellas, que en algún momento de su vida, siendo aun joven, pudo leer un Lunariu, y así descubrir que los Demonios Resentidos llegarían al mundo, para devastarlo. Así, la Dama Negra dedicaría su vida a evitar que estos crueles demonios fueran invocados en el mundo.
Ella es una hechicera misteriosa, una ermitaña, que prefiere la soledad a la insustancial compañía. Se oculta en diferentes sitios, sin una residencia habitual, y ha vivido para ver nacer y morir a muchísimas generaciones de hombres... Es muy poderosa.
El primer dato conocido que tengo de ella, es que estuvo en la Torre de Teth Nolin, durante la Llegada de la Llorona, en el año -1253 del calendario de los hombres del Viejo Mundo más occidental. Estos hechos se narran en El Cuento de Siläe. En aquel momento sería invocada Ulara, la Llorona, el Demonio Resentido imaginado en la Tristeza de Orfgod... La Dama Negrahabría acudido a la torre perdida en aquel inmenso desierto en que siempre es de noche, pero no habría logrado su empresa.

Hasta entonces, parece que los elfos del Bosque Encantado de Loth-Darien pordrían haberla estado dando asilo, aunque éste es un dato aun por confirmar.
Después de la Llegada de la Llorona, la Dama Negra debió ocultarse por diversos lugares, rondando de aquí y allá, tratando decambiar lo que se avecinaba. Presumiblemente, estuvo tratando de dar caza a Ulara, es posible que hasta se batieran en duelo en alguna ocasión, pero de ello nada quedó escrito, que se sepa.

Mucho tiempo después, en el año 1008 del calendario de los hombres, la Dama Negra volvió a aparecer en el Nuevo COntinente de Ülathar, tratando de evitar que Gingoen, el Demonio Resentido imaginado en la Impotencia de Orfgod, fuera llamado. Ello es relatado en el cuento de Lyda de Lis.
¡Habían pasado más de 2000 años de la llegada de la Llorona! La Dama Negra habitó de aqui y allá, siendo conocida siempre como una ermitaña, tratando de pasar desapercibida, y viviendo como pudo. Frecuentó la Torre del Recuerdo, donde pudo consultar algún Lunariu, los libros que hablan de la llegada de los Demonios Resentidos. Tal vez vivió allí, adorando al Dios del Recuerdo, una temporada... Esa torre está situada en las Montañas del Anochecer, en algún punto de los Reinos Enanos, y en ella se alberga la mayor biblioteca del mundo.

Pocos datos comprobados se tienen de la Dama Negra. Es probable que aparezca en otros cuentos, como el de El Eviterno, que hablará de la llegada de Evilized, el Demonio Resentido imaginado en el Deseo de Orfgod, pero aun debemos esperar para saberlo.

La Dama Negra siempre vivió a parte de la sociedad. Era una vagabunda, una ermitaña, y una poderosa hechicera. Siempre vistió de negro, como si preveyera un luto por lo que estaba a punto de acontecer... Portaba un precioso báculo, con el cual podía hacer magia, y con lo largos años de estudio y práctica, había alcanzado gran sabiduria.
En la mayoría de las ocasiones, los protagonistas de los cuentos en que se deja ver, la toman por una bruja con fines oscuros... Si hace el bien o el mal, es relativo. ¿Justifica el fin los medios? tal vez ése sea el gran debate que presenta este personaje... Ella sabe que se va a desatar un gran horror en el mundo, que viene dispuesto a devorarlo todo, y tratará de evitarlo a toda costa, pagando cualquier precio por ello...

Me encanta este personaje. Y me alegra saber que aun me queda mucho por descubrir de ella... Ya os iré contando!!

Darka.