31 de marzo de 2008

El castillo sobre el promontorio


Imagen tomada de una fotografía de un panel informativo
en el interior de las ruinas del Castillo de Urquhart, Lago Ness
22 de marzo de 2008


El Castillo de Urq’Uhart se levantaba sobre un promontorio que se adentraba en el lago gris. Con esa situación, no sólo representaba una gran posición defensiva, sino que su visión era espectacular. Era un bastión hasta la fecha inexpugnable, magnífico y bello. Una gruesa muralla rodeaba la fortaleza, a un lado la alta torre del homenaje, y al otro, sobre la elevación del peñón, una torre defensiva. Halkirk, Castigo de los Monstruos, y Donan, el heraldo de Durward, divisaron pronto a los centinelas, haciendo guardia entre las almenas de la muralla y torres. Los estandartes del clan Durward se elevaban, alzando su emblema con nobleza: una preciosa llave sobre un fondo a cuadros en tonos grises. Una visión espectacular. En efecto, el enano le reconoció al heraldo que era uno de los castillos más bellos que había visto en su larga vida, y que por él, y su perpetuación, daría caza a la bestia, con gusto.

La fortaleza ofrecía cobijo a muchos habitantes de la región. El Señor de Urq’Uhart era soberano de muchas tierras alrededor del castillo, al norte del inmenso lago. Había tierras de labranza, trabajadas donde antes hubo bosque, y había campos completamente arrasados, cuyos árboles habían sido talados para fabricar máquinas de guerra, barcos o la misma fortaleza. Eso apenó al enano, pero pensó que el lugar era tan bello, que incluso el mal causado a la tierra había valido la pena.

Nadie los esperaba cuando llegaron al Castillo de Urq’Uhart. Aun así el puente levadizo sobre el foso parecía estar dispuesto para su llegada, pues en aquella región del mundo aun eran tiempos de paz. No sabían lo que se les avecinaba... Cuando Halkirk cruzó la gran arcada de entrada, flanqueada por dos fuertes torretas defensivas, se maravilló con la floreciente ciudad. El primer patio de armas era bastante amplio. En el centro, sobre una pequeña elevación, estaba la capilla, un edificio bonito, pero no muy grande. Le asombró especialmente su puerta, adornada con mil florituras, y pensó que a menudo los hombres trataban de emular a los enanos en sus bellas construcciones, y que a veces hasta se acercaban con sus obras de arte. Frente a sí, varios edificios que debían quedar al borde del promontorio sobre el que se levantaba el castillo: el alojamiento para los nobles, salones y, por el olor que de allí provenía, las cocinas. A Halkirk se le hizo la boca agua con ese olor a cordero asado en manteca. A la derecha, estaba el establo. Estos edificios bajos se unían a la torre del homenaje por la izquierda, hogar indudable de Sir Thomas... Del difunto Sir Thomas de Durward. Desde la torre del homenaje, y rodeando todo por la izquierda hasta su espalda, una fuerte muralla, con centinelas observándolo todo. Sobre la arcada de entrada, que acaban de cruzar, estaba la casa del alguacil, quien estaba al cargo de la fortaleza mientras Sir Thomas, su Señor, se ausentaba. Éste apareció de ahí muy rápido, a recibirles. Parecía muy consternado por la llegada del heraldo. A la derecha de Halkirk, la muralla cerraba el patio de armas, dejando una arcada como entrada a otro patio, tal vez aun mayor que ése en el que estaban. Más allá se veía la torre defensiva sobre el peñón, en su parte más occidental y más alta. Era una fortaleza magnífica, muy hermosa, y rebosante de vida. Mucha gente había por allí, cada uno en sus labores y quehaceres. Todos mirando a la extraña pareja... No era muy normal que el heraldo hubiese aparecido sin su señor, y éste confirmó los miedos de todos.

Halkirk estaba presente cuando le dio la noticia al alguacil. El heraldo se puso a llorar, ya incluso antes de pronunciar palabra, cuando el alguacil se acercaba.

- Ha muerto, Rich. Ha muerto...

(...)

Extraído de El castillo sobre el promontorio
El Duende, la Doncella y el Monstruo del Lago
Memorias Olvidadas
Darka Treake




En el siguiente enlace podéis descargaros el segundo capítulo de este cuento:

El castillo sobre el promontorio

El siguiente capítulo estará listo pronto, porque además, es más cortito. Su nombre será: El Duende y el Alguacil.

3 comentarios:

Anonymous dijo...

Querido Darka....
Me ha gustado el relato pero creo que ya no estoy a la altura de tus narraciones... quiero decir, tienes un vocabulario muy culto y especializado que por una parte me encanta y por otra me abruma...o me dificulta seguir la historia.
Pero te animo a que sigas utilizando palabras como bastión, inexpugnable, heraldo
arcada, flanqueaba
emular, promontorio....

"no te acostarás sin saber una cosa más"

Isone de Hasgar dijo...

Cada vez que te leo, escribes mejor, Darka. Simplemente, genial! ^_^

Un beso!

lost girl dijo...

Me uno al comentario de Isone, pero al del anónimo no XD Para nada se me hace difícil leerte! Casi me trago las líneas con los ojos jajaj!
Por cierto, se me había olvidado comentarte el cambiazo que le has dado al blog. Me gusta mucho este nuevo look! ^^
1beso!

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